He aprendido a nadar en seco. A cantar sin voz y a herir sin filo. Cuando me dejaste tuve que vivir sin sentir. Me arranqué el corazón y lo metí en una lata de duraznos junto a la maceta-ataúd de aquella orquídea que ya no regarías.
He aprendido a dormir despierta porque puedo vivir sin vos, sin hambre, sin sueño. Puedo rezar a ningún Dios. Puedo oír un océano inexistente e incluso, saborear la fruta podrida.
Cuando saliste de mi vida tuve que vivir sin tu brazo, sin tu pierna, sin tu pupila. He aprendido a chupar mi propia lengua, a tragarme el aliento, a no percibir el hedor de mi mugre.
Te fuiste un día sin señales, sin fundamentos. Y qué más da, mi cuerpo sabe cuál es el rumbo: puedo correr bajo el agua y nadar en seco, braceando el aire, buscando el fondo: abismo-suelo. Sé qué por allí te encuentras con la maleta roja repleta de almíbar. Abrazado a tu soledad y masticando la tierra.
Cuando saliste de mi vida tuve que vivir sin tu brazo, sin tu pierna, sin tu pupila. He aprendido a chupar mi propia lengua, a tragarme el aliento, a no percibir el hedor de mi mugre.
Te fuiste un día sin señales, sin fundamentos. Y qué más da, mi cuerpo sabe cuál es el rumbo: puedo correr bajo el agua y nadar en seco, braceando el aire, buscando el fondo: abismo-suelo. Sé qué por allí te encuentras con la maleta roja repleta de almíbar. Abrazado a tu soledad y masticando la tierra.
Imagen: Frida Khalo
Creado a partir del micro-cuento "Natación", de Virgilio Piñera. Trabajo experimental del taller literario "La palabra mecánica" . Gracias Musa y Santi, por el fuego.
Gracias a vos, por la buena madera.
ResponderEliminarBesos!
simplemente hermoso amiga, que bueno que escribas, que alegria , q gran orgullo!
ResponderEliminar¡gracias!
ResponderEliminar